29 de febrero de 2008

A mi padre



Todavía me retumban las palabras que escuche cuando respondí al móvil era la voz de mi madre que entre el llanto y un atisbo de serenidad me dijo: Maite hija ya se acabo todo.

Era una tarde lluviosa del mes de Abril, la noticia, como la lluvia me cogieron en plena calle, en aquel momento mi cara se empezó a mojar mas por las lagrimas que empezaron a caerme desconsoladamente que por las frías gotas de la lluvia.Por eso quiero dedicar estas palabras a la persona que junto a mi madre me dio la vida Mi Padre.



Poco a poco han ido pasando los días

Y cada vez echo más de menos tu compañía

no logro llenar ese vacío que en mi dejaste.

Esta tristeza que me envuelve, ésas lágrimas

que no han dejado de rodar por mis mejillas

desde que tu cansado, pero gran corazón se

olvido de seguir latiendo, por eso allá donde

quieras que estes, te recordare y te seguiré

queriendo.Un beso PADRE.





Mayte

A mi padre


Todavía me retumban las palabras que escuche cuando respondí al móvil era la voz de mi madre que entre el llanto y un atisbo de serenidad me dijo: Maite hija ya se acabo todo.

Era una tarde lluviosa del mes de Abril, la noticia, como la lluvia me cogieron en plena calle, en aquel momento mi cara se empezó a mojar mas por las lagrimas que empezaron a caerme desconsoladamente que por las frías gotas de la lluvia.Por eso quiero dedicar estas palabras a la persona que junto a mi madre me dio la vida Mi Padre.


Poco a poco han ido pasando los días

Y cada vez echo más de menos tu compañía

no logro llenar ese vacío que en mi dejaste.

Esta tristeza que me envuelve, ésas lágrimas

que no han dejado de rodar por mis mejillas

desde que tu cansado, pero gran corazón se

olvido de seguir latiendo, por eso allá donde

quieras que estes, te recordare y te seguiré

queriendo.Un beso PADRE.



Mayte

27 de febrero de 2008

Tu risa

Imagen sacada de la red

Quítame el pan, si quieres,
quítame el aire, pero
no me quites tu risa.

No me quites la rosa,
la lanza que desgranas,
el agua que de pronto
estalla en tu alegría,
la repentina ola
de plata que te nace.

Mi lucha es dura y vuelvo
con los ojos cansados
a veces de haber visto
la tierra que no cambia,
pero al entrar tu risa
sube al cielo buscándome
y abre para mi todas
las puertas de la vida.

Amor mío, en la hora
más oscura desgrana
tu risa, y si de pronto
ves que mi sangre mancha
las piedras de la calle,
ríe, porque tu risa
será para mis manos
como una espada fresca.

Junto al mar en otoño,
tu risa debe alzar
su cascada de espuma,
y en primavera, amor,
quiero tu risa como
la flor que yo esperaba,
la flor azul, la rosa
de mi patria sonora.

Ríete de la noche,
del día, de la luna,
ríete de las calles
torcidas de la isla,
ríete de este torpe
muchacho que te quiere,
pero cuando yo abro
los ojos y los cierro,
cuando mis pasos van,
cuando vuelven mis pasos,
niégame el pan, el aire,
la luz, la primavera,
pero tu risa nunca
porque me moriría.

Pablo Neruda

Tu risa

Imagen sacada de la red

Quítame el pan, si quieres,
quítame el aire, pero
no me quites tu risa.

No me quites la rosa,
la lanza que desgranas,
el agua que de pronto
estalla en tu alegría,
la repentina ola
de plata que te nace.

Mi lucha es dura y vuelvo
con los ojos cansados
a veces de haber visto
la tierra que no cambia,
pero al entrar tu risa
sube al cielo buscándome
y abre para mi todas
las puertas de la vida.

Amor mío, en la hora
más oscura desgrana
tu risa, y si de pronto
ves que mi sangre mancha
las piedras de la calle,
ríe, porque tu risa
será para mis manos
como una espada fresca.

Junto al mar en otoño,
tu risa debe alzar
su cascada de espuma,
y en primavera, amor,
quiero tu risa como
la flor que yo esperaba,
la flor azul, la rosa
de mi patria sonora.

Ríete de la noche,
del día, de la luna,
ríete de las calles
torcidas de la isla,
ríete de este torpe
muchacho que te quiere,
pero cuando yo abro
los ojos y los cierro,
cuando mis pasos van,
cuando vuelven mis pasos,
niégame el pan, el aire,
la luz, la primavera,
pero tu risa nunca
porque me moriría.

Pablo Neruda

24 de febrero de 2008

La vida profunda

Río de Rada
Hay días en que somos tan móviles, tan móviles,
como las leves briznas al viento y al azar.
Tal vez bajo otro cielo la Gloria nos sonría.
La vida es clara, undívaga y abierta como el mar. .

Y hay días en que somos tan fértiles, tan fértiles,
como en abril el campo, que tiembla de pasión:
bajo el influjo próvido de espirituales lluvias,
el alma está brotando florestas de ilusión.

Y hay días en que somos tan placidos, tan plácidos...
-¡niñez en el crepúsculo!, ¡lagunas de zafir!-
que un verso, un trino, un monte, un pájaro que cruza,
y hasta las propias penas nos hacen sonreír.

Y hay días en que somos tan sórdidos, tan sórdidos,
como la entraña obscura de obscuro pedernal:
la noche nos sorprende con sus profusas lámparas,
en rútilas monedas tasando el Bien y el Mal.

Y hay días en que somos tan lúbricos, tan lúbricos,
que nos depara en vano su carne la mujer:
tras de ceñir un talle y acariciar un seno,
la redondez de un fruto nos vuelve a estremecer.

Y hay días en que somos tan lúgubres, tan lúgubres,
como en las noches lúgubres el llanto del pinar.
El alma gime entonces bajo el dolor del mundo
y acaso ni Dios mismo nos pueda consolar.

Mas hay también ¡Oh Tierra! un día..- un día-... un día
en que levamos anclas para jamás volver...
Un día en que discurren vientos ineluctables.
Un día en que ya nadie nos puede retener!'

Porfirio Barba-Jacob

La vida profunda

Río de Rada
Hay días en que somos tan móviles, tan móviles,
como las leves briznas al viento y al azar.
Tal vez bajo otro cielo la Gloria nos sonría.
La vida es clara, undívaga y abierta como el mar. .

Y hay días en que somos tan fértiles, tan fértiles,
como en abril el campo, que tiembla de pasión:
bajo el influjo próvido de espirituales lluvias,
el alma está brotando florestas de ilusión.

Y hay días en que somos tan placidos, tan plácidos...
-¡niñez en el crepúsculo!, ¡lagunas de zafir!-
que un verso, un trino, un monte, un pájaro que cruza,
y hasta las propias penas nos hacen sonreír.

Y hay días en que somos tan sórdidos, tan sórdidos,
como la entraña obscura de obscuro pedernal:
la noche nos sorprende con sus profusas lámparas,
en rútilas monedas tasando el Bien y el Mal.

Y hay días en que somos tan lúbricos, tan lúbricos,
que nos depara en vano su carne la mujer:
tras de ceñir un talle y acariciar un seno,
la redondez de un fruto nos vuelve a estremecer.

Y hay días en que somos tan lúgubres, tan lúgubres,
como en las noches lúgubres el llanto del pinar.
El alma gime entonces bajo el dolor del mundo
y acaso ni Dios mismo nos pueda consolar.

Mas hay también ¡Oh Tierra! un día..- un día-... un día
en que levamos anclas para jamás volver...
Un día en que discurren vientos ineluctables.
Un día en que ya nadie nos puede retener!'

Porfirio Barba-Jacob

20 de febrero de 2008

Amigo íntimo

Hay tardes en que todo
huele a enebro quemado
y a tierra prometida.
Tardes en que está cerca el mar y se oye
la voz que dice: "Ven".
Pero algo nos retiene todavía
junto a los otros: el amor, el verbo
transitivo, con su pequeña garra
de lobezno o su esperanza apenas.
No ha llegado el momento. La partida
no puede improvisarse, porque sólo
al final de una savia prolongada,
de una pausada sangre,
brota la espiga desde
la simiente enterrada.

En esas largas
tardes en que se toca casi el mar
y su música, un poco
más y nos bastaría
cerrar los ojos para morir. Viene
de abajo la llamada, del lugar
donde se desmorona la apariencia
del fruto y sólo queda su dulzor.
Pero hemos de aguardar
un tiempo aún: más labios, más caricias,
el amor otra vez, la misma, porque
la vida y el amor transcurren juntos
o son quizá una sola
enfermedad mortal.

Hay tardes de domingo en que se sabe
que algo está consumándose entre el cálido
alborozo del mundo,
y en las que recostar sobre la hierba
la cabeza no es más que un tibio ensayo
de la muerte. Y está
bien todo entonces, y se ordena todo,
y una firme alegría nos inunda
de abril seguro. Vuelven
las estrellas el rostro hacia nosotros
para la despedida.
Dispone un hueco exacto
la tierra. Se percibe
el pulso azul del mar. "Esto era aquello".
Con esmero el olvido ha principiado
su menuda tarea...

Y de repente
busca una boca nuestra boca, y unas
manos oprimen nuestras manos y hay
una amorosa voz
que nos dice: "Despierta.
Estoy yo aquí. Levántate". Y vivimos.


Antonio Gala

17 de febrero de 2008

Carta a Usted

Señora, según dicen tiene usted otro amante,.
lástima que la prisa nunca sea elegante.
Yo sé que no es frecuente que una mujer hermosa
se resigne a ser viuda sin haber sido esposa.
 
Y me parece injusto discutirle el derecho
de compartir sus penas, sus goces y su lecho;
pero el amor, señora, cuando llega el olvido,
también tiene el derecho de un final distinguido.
 
Perdón... si es que la hiere mi reproche... Perdón;
aunque sé que la herida no es en el corazón.
Y para perdonarme... piense si hay más despecho
que en lo que yo le digo, en lo que usted ha hecho.
 
Pues sepa que una dama con la espalda desnuda,
sin luto en una fiesta, puede ser una viuda;
pero no, como tantas, de un difunto señor,
sino para ella sola, viuda de un gran amor.
 
Y nuestro amor, recuerde, fue un amor diferente,
al menos al principio; ya no, naturalmente.
 
Usted será el crepúsculo a la orilla del mar,
que según quien lo mire será hermoso o vulgar.
Usted será la flor que según quien la corta,
es algo que no muere o es algo que no importa.
 
O acaso cierta noche de amor y de locura
yo vivía un ensueño... y usted una aventura.
Sí, usted juró cien veces ser para siempre mía,
yo besaba sus labios, pero no lo creía.
 
Usted sabe, y perdóneme, que en ese juramento
influye demasiado la dirección del viento.
Por eso no me extraña que ya tenga otro amante
a quien quizás le jure lo mismo en este instante.
 
Y como usted señora ya aprendió a ser infiel,
a mí, así, de repente, me da pena por él.
 
Sí, es cierto... alguna noche su puerta estuvo abierta,
y yo en otra ventana me olvidé de su puerta.
O una tarde de lluvia se iluminó mi vida
mirándome en los ojos de una desconocida.
 
Y también es posible que mi amor indolente
desdeñara su vaso bebiendo en la corriente.
Sin embargo, señora..., yo, con sed o sin sed,
nunca pensaba en otra... si la besaba a usted.
 
Perdóneme de nuevo si le digo estas cosas,
pero ni los rosales dan solamente rosas.
Y no digo estas cosas por usted ni por mí,
sino por los amores que terminan así.
 
Pero vea, señora,... qué diferencia había
entre usted que lloraba... y yo que sonreía.
Pues nuestro amor concluye con finales diversos,
usted besando a otro..., yo escribiendo estos versos.

José Ángel Buesa

Carta a Usted

Señora, según dicen tiene usted otro amante,.
lástima que la prisa nunca sea elegante.
Yo sé que no es frecuente que una mujer hermosa
se resigne a ser viuda sin haber sido esposa.
 
Y me parece injusto discutirle el derecho
de compartir sus penas, sus goces y su lecho;
pero el amor, señora, cuando llega el olvido,
también tiene el derecho de un final distinguido.
 
Perdón... si es que la hiere mi reproche... Perdón;
aunque sé que la herida no es en el corazón.
Y para perdonarme... piense si hay más despecho
que en lo que yo le digo, en lo que usted ha hecho.
 
Pues sepa que una dama con la espalda desnuda,
sin luto en una fiesta, puede ser una viuda;
pero no, como tantas, de un difunto señor,
sino para ella sola, viuda de un gran amor.
 
Y nuestro amor, recuerde, fue un amor diferente,
al menos al principio; ya no, naturalmente.
 
Usted será el crepúsculo a la orilla del mar,
que según quien lo mire será hermoso o vulgar.
Usted será la flor que según quien la corta,
es algo que no muere o es algo que no importa.
 
O acaso cierta noche de amor y de locura
yo vivía un ensueño... y usted una aventura.
Sí, usted juró cien veces ser para siempre mía,
yo besaba sus labios, pero no lo creía.
 
Usted sabe, y perdóneme, que en ese juramento
influye demasiado la dirección del viento.
Por eso no me extraña que ya tenga otro amante
a quien quizás le jure lo mismo en este instante.
 
Y como usted señora ya aprendió a ser infiel,
a mí, así, de repente, me da pena por él.
 
Sí, es cierto... alguna noche su puerta estuvo abierta,
y yo en otra ventana me olvidé de su puerta.
O una tarde de lluvia se iluminó mi vida
mirándome en los ojos de una desconocida.
 
Y también es posible que mi amor indolente
desdeñara su vaso bebiendo en la corriente.
Sin embargo, señora..., yo, con sed o sin sed,
nunca pensaba en otra... si la besaba a usted.
 
Perdóneme de nuevo si le digo estas cosas,
pero ni los rosales dan solamente rosas.
Y no digo estas cosas por usted ni por mí,
sino por los amores que terminan así.
 
Pero vea, señora,... qué diferencia había
entre usted que lloraba... y yo que sonreía.
Pues nuestro amor concluye con finales diversos,
usted besando a otro..., yo escribiendo estos versos.

José Ángel Buesa

14 de febrero de 2008

Sueño de amor

Imagen sacada de la red, si tiene derechos de autor, mandar email y sera retirada.

Cuando tu foto me pongo a mirar,

pequeñas lágrimas

recorren mis mejillas,

pues me pongo a imaginar

como sería mi vida …

Si tu estuvieses a mi lado

feliz yo sería,

a mi lado tendría

a un chico de ensueño.

¿ Y si me quisieras?

Si me quisieras,

si me amases,

un sueño hecho realidad sería.

Palabras sinceras te digo,

y en ellas un secreto escondido.

Te quiero, y lo sabes,

te amo, y lo entiendes,

te adoro, y lo sientes.

El secreto …

sin ti no puedo vivir.

lo eres todo para mi,

a tu lado todo tiene sentido.

Las flores florecen

porque existe la alegría,

el sol ilumina

por darles vida.

El mar tiene vida,

y los animales;

peces y demás,

que en el habitan

le dan vida,

le dan sentido.

¿ Y en mi vida?

En mi vida …

quien le da sentido

eres tu.

Como una estrella luminosa

que nunca muere,

me iluminas.

Como el oxígeno

del aire.

Siempre tienes fuerzas

para seguir ayudándome.

Tu foto está mojada,

de lágrimas que nacieron

de mis ojos.

Y ahora … todo a terminado,

pues solo ha sido un sueño

del que he despertado

un sueño de amor.

Sin embargo, la realidad

es otra distinta.

Y la tengo que aceptar.

Te quiero más que a nada,

te amo más que a nadie,

y lo único que deseo

es que estas palabras

no las olvides jamás.

Nita

Sueño de amor

Imagen sacada de la red, si tiene derechos de autor, mandar email y sera retirada.

Cuando tu foto me pongo a mirar,

pequeñas lágrimas

recorren mis mejillas,

pues me pongo a imaginar

como sería mi vida …

Si tu estuvieses a mi lado

feliz yo sería,

a mi lado tendría

a un chico de ensueño.

¿ Y si me quisieras?

Si me quisieras,

si me amases,

un sueño hecho realidad sería.

Palabras sinceras te digo,

y en ellas un secreto escondido.

Te quiero, y lo sabes,

te amo, y lo entiendes,

te adoro, y lo sientes.

El secreto …

sin ti no puedo vivir.

lo eres todo para mi,

a tu lado todo tiene sentido.

Las flores florecen

porque existe la alegría,

el sol ilumina

por darles vida.

El mar tiene vida,

y los animales;

peces y demás,

que en el habitan

le dan vida,

le dan sentido.

¿ Y en mi vida?

En mi vida …

quien le da sentido

eres tu.

Como una estrella luminosa

que nunca muere,

me iluminas.

Como el oxígeno

del aire.

Siempre tienes fuerzas

para seguir ayudándome.

Tu foto está mojada,

de lágrimas que nacieron

de mis ojos.

Y ahora … todo a terminado,

pues solo ha sido un sueño

del que he despertado

un sueño de amor.

Sin embargo, la realidad

es otra distinta.

Y la tengo que aceptar.

Te quiero más que a nada,

te amo más que a nadie,

y lo único que deseo

es que estas palabras

no las olvides jamás.

Nita

12 de febrero de 2008

Mi espera

Atardecer en Laredo (Imagen mía)

En la penumbra de mi espacio
hay una daga encendida de paz.
En el cielo de mi furia
la entera disposición de tu cuerpo.


Callada, así estoy.
En la espera que no suena con el fin,
en la tierna silueta de tu espiritu
colmado de los placeres que esconde tu vida...
¡Mi vida tuya, aún sin ti!

Sin el beso de refugio,
la sabia aparición del ser
que llegó y quebró mi ansia,
perdida en un monte de humos y cenizas,
de recios temblores de quietud,
mansas aguas de tu engendro,
el místico halo de tu luz,
de tu sonata,
de tu prosa,
de tu verso hecho palmas, nubes, cielos
y crepúsculos inciertos.

¡Hala mi alma!
¡Estremece mi ímpetu!
¡Arrástrame a ti!
No me dejes caer en tus medidas inciertas.

Hoy estaré aquí para ti
y vendré cuan ave fenix de tu cielo eterno.
Mañana es tu día,
nuestro día...
¡Mañana espero!

Lucila Hernández

Mi espera

Atardecer en Laredo (Imagen mía)

En la penumbra de mi espacio
hay una daga encendida de paz.
En el cielo de mi furia
la entera disposición de tu cuerpo.


Callada, así estoy.
En la espera que no suena con el fin,
en la tierna silueta de tu espiritu
colmado de los placeres que esconde tu vida...
¡Mi vida tuya, aún sin ti!

Sin el beso de refugio,
la sabia aparición del ser
que llegó y quebró mi ansia,
perdida en un monte de humos y cenizas,
de recios temblores de quietud,
mansas aguas de tu engendro,
el místico halo de tu luz,
de tu sonata,
de tu prosa,
de tu verso hecho palmas, nubes, cielos
y crepúsculos inciertos.

¡Hala mi alma!
¡Estremece mi ímpetu!
¡Arrástrame a ti!
No me dejes caer en tus medidas inciertas.

Hoy estaré aquí para ti
y vendré cuan ave fenix de tu cielo eterno.
Mañana es tu día,
nuestro día...
¡Mañana espero!

Lucila Hernández

9 de febrero de 2008

Al golpe de la ola


Al golpe de la ola contra la piedra indócil
la claridad estalla y establece su rosa
y el círculo del mar se reduce a un racimo,
a una sola gota de sal azul que cae.

Oh radiante magnolia desatada en la espuma,
magnética viajera cuya muerte florece
y eternamente vuelve a ser y a no ser nada:
sal rota, deslumbrante movimiento marino.

Juntos tú y yo, amor mío, sellamos el silencio,
mientras destruye el mar sus constantes estatuas
y derrumba sus torres de arrebato y blancura,

porque en la trama de estos tejidos invisibles
del agua desbocada, de la incesante arena,
sostenemos la única y acosada ternura.

Pablo Neruda

Al golpe de la ola


Al golpe de la ola contra la piedra indócil
la claridad estalla y establece su rosa
y el círculo del mar se reduce a un racimo,
a una sola gota de sal azul que cae.

Oh radiante magnolia desatada en la espuma,
magnética viajera cuya muerte florece
y eternamente vuelve a ser y a no ser nada:
sal rota, deslumbrante movimiento marino.

Juntos tú y yo, amor mío, sellamos el silencio,
mientras destruye el mar sus constantes estatuas
y derrumba sus torres de arrebato y blancura,

porque en la trama de estos tejidos invisibles
del agua desbocada, de la incesante arena,
sostenemos la única y acosada ternura.

Pablo Neruda

6 de febrero de 2008

Versos para tí

Imagen sacada de la red, si tiene derechos de autor, mandar email y sera retirada.

Querida mía, amada mía, amiga mía
novia mía, amante mía...
Anoche salí con mis amigos; no los conoces,
pero ellos te conocen, te conocen
porque yo les cuento casi todo lo que me pasa.

Hace tanto que somos amigos
que basta un gesto, una sola mirada,
para darnos cuenta quién de nosotros
miente o dice la verdad.

Para ellos yo soy un libro abierto, han leído
todas mis páginas, menos las que arranqué
por una cuestión de pudor; en verdad,
tengo que hacer un gran esfuerzo para no hablar de ti.
Cuando no menciono tu nombre,
me preguntan... qué me sucede...
Anoche, sin embargo, no pude contenerme,
no los dejé hablar, hablé yo todo el tiempo, y de ti,
por supuesto, hasta les leí unos versos
que escribí para ti, ....se reían.

El amor ha hecho de un analfabeto, un poeta;
dijo el flaco. El flaco es un tipo muy gracioso,
te caerá bien cuando lo conozcas... en fin.
Estos son los versos que escribí para ti,
espero que te gusten:

Cuando estoy con ella, tengo veinte años,
nunca tengo sueño, nunca siento frío,
no me canso nunca, siempre tengo ganas
de subir al monte, de meterme al río.

Cuando estoy con ella, soy un hombre libre,
digo lo que pienso, hago lo que quiero,
nadie me censura, nada está prohibido
cruzo mil fronteras, no conozco el miedo.

Cuando estoy con ella, lo demás no importa,
lo demás no cuenta, la moral no existe,
la experiencia es vana, el orgullo es cuento,
el dolor se olvida, el deber no sirve.
Cuando estoy con ella, soy tan diferente,
soy lo que soy, lo que quiero ser,
digo tonterías, como cualquier hombre,
como cualquier hombre, que ama a una mujer.
Cuando estoy con ella, soy el más fecundo,
siembro el universo segundo a segundo.
¿Te gustó?...... Te amo.