16 de diciembre de 2009

Yo no te pido



Yo no te pido que me bajes
una estrella azul
solo te pido que mi espacio
llenes con tu luz.


Yo no te pido que me firmes
diez papeles grises para amar
sólo te pido que tu quieras
las palomas que suelo mirar.


De lo pasado no lo voy a negar
el futuro algún día llegara
y del presente
que le importa a la gente
si es que siempre van a hablar.


Sigue llenando este minuto
de razones para respirar
no me complazcas no te niegues
no hables por hablar.


Yo no te pido que me bajes
una estrella azul
solo te pido que mi espacio
llenes con tu luz.


Mario Benedetti



  

8 de diciembre de 2009

Una cierta melancolía

Puebla vieja
Puebla vieja de Laredo (Cantabria) by Pepe

Hay en el aire una cierta melancolía,
como cuando se alejan los barcos de los puertos
y no se resignan los pañuelos en. el muelle;
hoy el sol no ha salido., .llueve desde hace una semana,
desde que llegó el otoño vestido de sepia y marrón
y decapitó lo más bello y luminoso del paisaje.
Es un verdugo el otoño, aunque nadie lo dice.
La ciudad no es la misma bajo el cielo oscuro,
nadie es el mismo en esta estación del año,
es difícil encontrar una sonrisa en días como éste.
De no ser por ti no habría salido con este día,
se me ocurre que hoy sale sólo la gente
que no falta nunca a ninguna cita.
Voy despacio y seguro hacía la lejanía de tu rostro,
presiento el final de nuestros besos y no me desespero
y no me desespero porque lo sabía amor mío,
sabía que en una tarde como ésta te irías para siempre;
he visto flotar el adiós en el azul de tus ojos,
desde las flores de 1a última primavera,
desde entonces tienes el equipaje listo
y el corazón distante;
no estoy sorprendido, de veras, ni desesperado.
Ninguna de mis palabras tendrá el peso suficiente
de un ancla, para que no abandones este desolado mar;
sí así lo quieres, que así sea.
No te pediré que te quedes ni te suplicaré.
El árbol pierde las hojas, no su dignidad.

Estos versos los escribí para ti,
esta mañana cuando me levanté y
sentí en el aire una cierta melancolía.

Cuídate, corazón, de los hombres de mar,
te prometen amor y no vuelven jamás;
cuídate por favor, de quien llega hasta aquí
con el rostro sin sol y una historia feliz;
cuídate del amor, elegante y cortés,
que te pide perdón y te engaña después,
cuídate mí querer porque yo no estaré nunca más
junto a ti no podré defender tu pudor,
tu verdad, tu razón, tu jardín;
eres lo que yo más quiero en el mundo
y moriría, amor, si algo te pasara;
cuídate, corazón, cuídate, cuídate
por favor, cuídate, corazón; cuídate...
Gian Franco Pagliaro

Una cierta melancolía

Puebla vieja
Puebla vieja de Laredo (Cantabria) by Pepe

Hay en el aire una cierta melancolía,
como cuando se alejan los barcos de los puertos
y no se resignan los pañuelos en. el muelle;
hoy el sol no ha salido., .llueve desde hace una semana,
desde que llegó el otoño vestido de sepia y marrón
y decapitó lo más bello y luminoso del paisaje.
Es un verdugo el otoño, aunque nadie lo dice.
La ciudad no es la misma bajo el cielo oscuro,
nadie es el mismo en esta estación del año,
es difícil encontrar una sonrisa en días como éste.
De no ser por ti no habría salido con este día,
se me ocurre que hoy sale sólo la gente
que no falta nunca a ninguna cita.
Voy despacio y seguro hacía la lejanía de tu rostro,
presiento el final de nuestros besos y no me desespero
y no me desespero porque lo sabía amor mío,
sabía que en una tarde como ésta te irías para siempre;
he visto flotar el adiós en el azul de tus ojos,
desde las flores de 1a última primavera,
desde entonces tienes el equipaje listo
y el corazón distante;
no estoy sorprendido, de veras, ni desesperado.
Ninguna de mis palabras tendrá el peso suficiente
de un ancla, para que no abandones este desolado mar;
sí así lo quieres, que así sea.
No te pediré que te quedes ni te suplicaré.
El árbol pierde las hojas, no su dignidad.

Estos versos los escribí para ti,
esta mañana cuando me levanté y
sentí en el aire una cierta melancolía.

Cuídate, corazón, de los hombres de mar,
te prometen amor y no vuelven jamás;
cuídate por favor, de quien llega hasta aquí
con el rostro sin sol y una historia feliz;
cuídate del amor, elegante y cortés,
que te pide perdón y te engaña después,
cuídate mí querer porque yo no estaré nunca más
junto a ti no podré defender tu pudor,
tu verdad, tu razón, tu jardín;
eres lo que yo más quiero en el mundo
y moriría, amor, si algo te pasara;
cuídate, corazón, cuídate, cuídate
por favor, cuídate, corazón; cuídate...
Gian Franco Pagliaro

30 de noviembre de 2009

Del brazo del ensueño

Eran esas palabras que nunca dicen nada,
eran esas palabras que significan todo
canciones que rompían nuestro dulce silencio.
Habíamos fundido nuestras almas, henchido
de bendición la vida y quebrado el misterio;
parecía imposibleque el dolor existgiera,
y era una rosa blanca la palidez del cielo.
Yo te amaba... Una mano en torno de tu talle
y otra mano cogida del brazo del ensueño.


Leopoldo Rodríguez Alcalde (Santander 1.920)

Del brazo del ensueño

Eran esas palabras que nunca dicen nada,
eran esas palabras que significan todo
canciones que rompían nuestro dulce silencio.
Habíamos fundido nuestras almas, henchido
de bendición la vida y quebrado el misterio;
parecía imposibleque el dolor existgiera,
y era una rosa blanca la palidez del cielo.
Yo te amaba... Una mano en torno de tu talle
y otra mano cogida del brazo del ensueño.


Leopoldo Rodríguez Alcalde (Santander 1.920)

23 de noviembre de 2009

Alondra de verdad




Déjame acariciarte lentamente,
déjame lentamente comprobarte,
ver que eres de verdad, un continuarte
de ti misma a ti misma extensamente.
Onda tras onda irradian de tu frente
y mansamente, apenas sin rizarte,
rompen sus diez espumas al besarte
de tus pies en la playa adolescente.
Así te quiero, fluida y sucesiva,
manantial tú de ti, agua furtiva,
música para el tacto perezosa.
Así te quiero, en límites pequeños,
aquí y allá, lirio, rosa,
y tu unidad después, luz de mis sueños.

Gerardo Diego




18 de noviembre de 2009

Eran ayer mis dolores

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Eran ayer mis dolores
como gusanos de seda
que iban labrando capullos;
hoy son mariposas negras.


¡De cuántas flores amargas
he sacado blanca cera!
¡Oh tiempo en que mis pesares
trabajaban como abejas!


Hoy son como avenas locas,
o cizaña en sementera,
como tizón en espiga,
como carcoma en madera.


¡Oh tiempo en que mis dolores
tenían lágrimas buenas,
y eran como agua de noria
que va regando una huerta!


Hoy son agua de torrente
que arranca el limo a la tierra.

Dolores que ayer hicieron

de mi corazón colmena,
hoy tratan mi corazón
como a una muralla vieja:
quieren derribarlo, y pronto,
al golpe de la piqueta.


Antonio Machado

14 de noviembre de 2009

Contigo aprendí



Para tí


Contigo aprendí, que existen nuevas y mejores emociones,
contigo aprendí, a conocer un mundo nuevo de ilusiones.

Aprendí, que la semana tiene más de siete días,
a hacer mayores mis contadas alegrías,
y a ser dichoso yo contigo lo aprendí.

Contigo aprendí, a ver la luz del otro lado de la luna,
contigo aprendí, que tu presencia no la cambio por ninguna.

Descubrí, que puede un beso ser más dulce y más profundo,
que puedo irme mañana de este mundo,
las cosas buenas ya contigo las viví,
y también aprendí, en que yo nací el día que te conocí.

Armando Manzanero

Contigo aprendí



Para tí


Contigo aprendí, que existen nuevas y mejores emociones,
contigo aprendí, a conocer un mundo nuevo de ilusiones.

Aprendí, que la semana tiene más de siete días,
a hacer mayores mis contadas alegrías,
y a ser dichoso yo contigo lo aprendí.

Contigo aprendí, a ver la luz del otro lado de la luna,
contigo aprendí, que tu presencia no la cambio por ninguna.

Descubrí, que puede un beso ser más dulce y más profundo,
que puedo irme mañana de este mundo,
las cosas buenas ya contigo las viví,
y también aprendí, en que yo nací el día que te conocí.

Armando Manzanero

10 de noviembre de 2009

Coplas por la muerte de su padre I

 Recuerde el alma dormida,
avive el seso y despierte
contemplando
cómo se pasa la vida,

cómo se viene la muerte
tan callando,

cuán presto se va el placer,
cómo, después de acordado,
da dolor;

cómo, a nuestro parecer,
cualquiera tiempo pasado
fue mejor.


Pues si vemos lo presente
cómo en un punto se es ido
y acabado,
si juzgamos sabiamente,
daremos lo no venido
por pasado.
No se engañe nadie, no,
pensando que ha de durar
lo que espera,
más que duró lo que vio
porque todo ha de pasar
por tal manera.



Jorge Manrique.

Coplas por la muerte de su padre I

 Recuerde el alma dormida,
avive el seso y despierte
contemplando
cómo se pasa la vida,

cómo se viene la muerte
tan callando,

cuán presto se va el placer,
cómo, después de acordado,
da dolor;

cómo, a nuestro parecer,
cualquiera tiempo pasado
fue mejor.


Pues si vemos lo presente
cómo en un punto se es ido
y acabado,
si juzgamos sabiamente,
daremos lo no venido
por pasado.
No se engañe nadie, no,
pensando que ha de durar
lo que espera,
más que duró lo que vio
porque todo ha de pasar
por tal manera.



Jorge Manrique.

31 de octubre de 2009

Junto al mar

© Monte Buciero de Santoña (Cantabria), by Pepe





Si muero, que me pongan desnudo

desnudo junto al mar.

Serán las aguas grises mi escudo

y no habrá que luchar.



Si muero que me dejen a solas.

El mar es mi jardín.

No puede, quién amaba las olas,

desear otro fin.



Oiré la melodía del viento,

la misteriosa voz.

Será por fin vencido en momento

que siega com hoz.



Que siega pesadumbres. Y cuando

la noche empiece a arder,

soñando, sollozando, cantando,

yo volveré a nacer.



(Quinta del 42)



José Hierro

Junto al mar

© Monte Buciero de Santoña (Cantabria), by Pepe


Si muero, que me pongan desnudo
desnudo junto al mar.
Serán las aguas grises mi escudo
y no habrá que luchar.

Si muero que me dejen a solas.
El mar es mi jardín.
No puede, quién amaba las olas,
desear otro fin.

Oiré la melodía del viento,
la misteriosa voz.
Será por fin vencido en momento
que siega com hoz.

Que siega pesadumbres. Y cuando
la noche empiece a arder,
soñando, sollozando, cantando,
yo volveré a nacer.

(Quinta del 42)

José Hierro

25 de octubre de 2009

Yo no se rogar amor


Imagen sacada de la red

Aunque mis manos se agrieten en las sombras

buscando tu imagen que desapareció de pronto,

aunque mis labios en silencio te nombren.

Yo no sé rogar amor.



Aunque los pájaros le canten cada día

a mi corazón que se siente triste.

aunque los silencios se asemejen a latidos

que se alejan y resuenan allá lejos.

No sé rogar amor.



Mis manos conservan las caricias prometidas.

Y los sueños forjados entre besos

sin embargo mis manos se abren

y te sueltan liberando los gestos,

como a una paloma.

No sé rogar amor.



Y aunque en mi memoria sigan girando

las ideas dulces,

los proyectos truncos,

la música del alma

que entornó los besos.



Si no llegas, aún esperándote,

dejaré de amarte

y de sentir que eres posible.

Me quedaré dolorido, pero libre

tratando de levantar mis pasos

de rescatar alientos y

guardar los besos,

de volver a las palabras nuevas,

a los sueños vírgenes

y a los despertares.



Si; no estaré rogando amor

ni mendigando caricias...



Nuevamente iré a los brazos

de quien crea que en mi muelle

hay amarras para sus velas.



No haré penitencias ni moriré de pena

puedo construir una morada nueva

fuerte e intensa como la nuestra

aunque sepa de su fragilidad en la tormenta.

No se rogar amor.


Yuri Tabak

Yo no se rogar amor


Imagen sacada de la red

Aunque mis manos se agrieten en las sombras

buscando tu imagen que desapareció de pronto,

aunque mis labios en silencio te nombren.

Yo no sé rogar amor.



Aunque los pájaros le canten cada día

a mi corazón que se siente triste.

aunque los silencios se asemejen a latidos

que se alejan y resuenan allá lejos.

No sé rogar amor.



Mis manos conservan las caricias prometidas.

Y los sueños forjados entre besos

sin embargo mis manos se abren

y te sueltan liberando los gestos,

como a una paloma.

No sé rogar amor.



Y aunque en mi memoria sigan girando

las ideas dulces,

los proyectos truncos,

la música del alma

que entornó los besos.



Si no llegas, aún esperándote,

dejaré de amarte

y de sentir que eres posible.

Me quedaré dolorido, pero libre

tratando de levantar mis pasos

de rescatar alientos y

guardar los besos,

de volver a las palabras nuevas,

a los sueños vírgenes

y a los despertares.



Si; no estaré rogando amor

ni mendigando caricias...



Nuevamente iré a los brazos

de quien crea que en mi muelle

hay amarras para sus velas.



No haré penitencias ni moriré de pena

puedo construir una morada nueva

fuerte e intensa como la nuestra

aunque sepa de su fragilidad en la tormenta.

No se rogar amor.


Yuri Tabak

19 de octubre de 2009

La noche cómplice muda

Imagen sacada de la red.


Estamos abrazados tu cuerpo junto al mío,
y al sentir los latidos de tu corazón,
sé que le habla al mío y le dice, no dudes amor,
no tengas miedo, siempre estaré junto a tí.
Después de estar dentro de mí,
de haber tenido tu respiración agitada,
el temblor de tus manos al recorrer mi cuerpo,
he sentido el incontenible deseo de sentirte mío.
Nunca dejarte ir, enseñame el cielo,
lo que es amar sin prohibiciones, con el más puro inmenso,
e inimaginable sentimiento de amor y pasión,
hazme sentir que solo eres para mí.
Tu voz en mis oidos me enerva los sentidos,
me enloquece, tu aroma me embriaga y me hace perder la razón,
y no hay nada, que me haga olvidarme que nací para tí.
En la penumbra de nuestro rincon la noche empieza,
tus labios besan los míos, nuestras manos se entrelazan,
mi corazón le dice al tuyo ¡Por siempre amor mio!

Anónimo

La noche cómplice muda

Imagen sacada de la red.


Estamos abrazados tu cuerpo junto al mío,
y al sentir los latidos de tu corazón,
sé que le habla al mío y le dice, no dudes amor,
no tengas miedo, siempre estaré junto a tí.
Después de estar dentro de mí,
de haber tenido tu respiración agitada,
el temblor de tus manos al recorrer mi cuerpo,
he sentido el incontenible deseo de sentirte mío.
Nunca dejarte ir, enseñame el cielo,
lo que es amar sin prohibiciones, con el más puro inmenso,
e inimaginable sentimiento de amor y pasión,
hazme sentir que solo eres para mí.
Tu voz en mis oidos me enerva los sentidos,
me enloquece, tu aroma me embriaga y me hace perder la razón,
y no hay nada, que me haga olvidarme que nací para tí.
En la penumbra de nuestro rincon la noche empieza,
tus labios besan los míos, nuestras manos se entrelazan,
mi corazón le dice al tuyo ¡Por siempre amor mio!

Anónimo

15 de octubre de 2009

Arte Poética

Río Clarín by Pepe


Mirar el río hecho de tiempo y agua
y recordar que el tiempo es otro río,
saber que nos perdemos como el río
y que los rostros pasan como el agua.

Ver, en el ocaso
un triste oro, tal es la poesía
que es inmortal y pobre. La poesía
vuelve como la aurora y el ocaso.

A veces en las tardes una cara
nos mira desde el fondo de un espejo;
el arte debe ser como ese espejo
que nos revela nuestra propia cara.

Cuentan que Ulises, harto de prodigios,
lloró de amor al divisar su Itaca
verde y humilde. El arte es esa Itaca
de verde eternidad, no de prodigios.

También es como el río interminable
que pasa y queda y es cristal de un mismo
Heráclito inconstante, que es el mismo
y es otro, como el río interminable.

Jorge Luis Borges

Arte Poética

Río Clarín by Pepe


Mirar el río hecho de tiempo y agua
y recordar que el tiempo es otro río,
saber que nos perdemos como el río
y que los rostros pasan como el agua.

Ver, en el ocaso
un triste oro, tal es la poesía
que es inmortal y pobre. La poesía
vuelve como la aurora y el ocaso.

A veces en las tardes una cara
nos mira desde el fondo de un espejo;
el arte debe ser como ese espejo
que nos revela nuestra propia cara.

Cuentan que Ulises, harto de prodigios,
lloró de amor al divisar su Itaca
verde y humilde. El arte es esa Itaca
de verde eternidad, no de prodigios.

También es como el río interminable
que pasa y queda y es cristal de un mismo
Heráclito inconstante, que es el mismo
y es otro, como el río interminable.

Jorge Luis Borges

13 de octubre de 2009

Visceral

Imagen sacada de la red


Te amo
De una forma inconfesable.
De un modo contradictorio.
Te amo
Con mis estados de ánimo,
y mis cambios de humor
Te amo sin meditarlo y sin planes.
Te amo sin medir ni calcular.
sin saber
sin creer
sin vacilar

Te amo
Por lo que ya sabes,
El tiempo .Los días .Las horas
La vida. Los sueños. Lo real
La muerte. El final. La nada.

Te amo
Con la ambivalencia de mi corazón
Con la incoherencia de mi mente,
Con lo fatal de mi desgano.
Con lo incontrolable de mis deseos.
Con la ambigüedad de mis actos.
Aún cuando lo niego y me niego
Y no puedo…
Por que te amo

Te amo
Por que te busco
Por que sueño
Por que extraño

Te amo.
Sin conciencia
Sin reflexión,
Sin voluntad
Sin razón,
Por instinto,
Por impulso,
Sin lógica
Sin reservas
Sin prejuicios
Sin egoísmos
Sin volar

Te amo.
Con un cuerpo que no piensa,
Con una mente que no coordina.
Sin preguntarme por qué te amo.
Sin importarme por qué te amo.
Sin cuestionarme por qué te amo.
Te amo.
Simplemente porque te amo.

Mar - Diosa chilena

Visceral

Imagen sacada de la red


Te amo
De una forma inconfesable.
De un modo contradictorio.
Te amo
Con mis estados de ánimo,
y mis cambios de humor
Te amo sin meditarlo y sin planes.
Te amo sin medir ni calcular.
sin saber
sin creer
sin vacilar

Te amo
Por lo que ya sabes,
El tiempo .Los días .Las horas
La vida. Los sueños. Lo real
La muerte. El final. La nada.

Te amo
Con la ambivalencia de mi corazón
Con la incoherencia de mi mente,
Con lo fatal de mi desgano.
Con lo incontrolable de mis deseos.
Con la ambigüedad de mis actos.
Aún cuando lo niego y me niego
Y no puedo…
Por que te amo

Te amo
Por que te busco
Por que sueño
Por que extraño

Te amo.
Sin conciencia
Sin reflexión,
Sin voluntad
Sin razón,
Por instinto,
Por impulso,
Sin lógica
Sin reservas
Sin prejuicios
Sin egoísmos
Sin volar

Te amo.
Con un cuerpo que no piensa,
Con una mente que no coordina.
Sin preguntarme por qué te amo.
Sin importarme por qué te amo.
Sin cuestionarme por qué te amo.
Te amo.
Simplemente porque te amo.

Mar - Diosa chilena

7 de octubre de 2009

Amistad, que bonito.

Imagen sacada de la red







Cuando pienso en amigos tu imagen me viene a mi cabeza amigo, porque contigo he aprendido a conocer la verdadera amistad, porque me has enseñado a quererte tal como eres, con tus aciertos, como con tus errores, porque todos erramos amigo.

Cuando pienso en amigos, tu imagen me viene a mi cabeza amigo, porque contigo he aprendido a ser más yo y quizá que tampoco hace falta tener grandes conversaciones sinun fondo....sin sentido, para saber que puedo contar contigo y a veces en esos silencios que en ocasiones muestras, he aprendido a conocerte y a respetarte, porque la verdadera amistad es eso, respeto mutuo.

Por todo esto y muchas más cosas, te quiero amigo y solo espero y deseo que en estas palabras sinceras, encuentres a una amiga. Un beso amigo.



Gracias Mayte.



Amistad, que bonito.

Imagen sacada de la red



Cuando pienso en amigos tu imagen me viene a mi cabeza amigo, porque contigo he aprendido a conocer la verdadera amistad, porque me has enseñado a quererte tal como eres, con tus aciertos, como con tus errores, porque todos erramos amigo.

Cuando pienso en amigos, tu imagen me viene a mi cabeza amigo, porque contigo he aprendido a ser más yo y quizá que tampoco hace falta tener grandes conversaciones sinun fondo....sin sentido, para saber que puedo contar contigo y a veces en esos silencios que en ocasiones muestras, he aprendido a conocerte y a respetarte, porque la verdadera amistad es eso, respeto mutuo.

Por todo esto y muchas más cosas, te quiero amigo y solo espero y deseo que en estas palabras sinceras, encuentres a una amiga. Un beso amigo.


Gracias Mayte.


16 de septiembre de 2009

Oyes en medio del otoño

Pinos by Pepe


Oyes en medio del otoño
detonaciones amarillas?

Por qué razón o sinrazón
llora la lluvia su alegría?

Qué pájaros dictan el orden
de la bandada cuando vuela?

De qué suspende el picaflor
su simetría deslumbrante?

Pablo Neruda

Oyes en medio del otoño

Pinos by Pepe


Oyes en medio del otoño
detonaciones amarillas?

Por qué razón o sinrazón
llora la lluvia su alegría?

Qué pájaros dictan el orden
de la bandada cuando vuela?

De qué suspende el picaflor
su simetría deslumbrante?

Pablo Neruda

1 de septiembre de 2009

Lleno de mucho

Playa de Rís-Noja (Cantabria) by Pepe


De mar estoy embebido, de olas zarandeado,
de noches agitadas, de besos que no he dado.

Estoy loco y ávido por conocer lo desconocido
y sigo emocionado por tener lo que he tenido.

Mis sentimientos afloran al sentir lo que siento,

mi cuerpo convulso, no deja parar el movimiento.
Mi mente está ahondando en el pensamiento,

cuerpo, mente, alma, a la sazón eso siento.


Pepe


Lleno de mucho

Playa de Rís-Noja (Cantabria) by Pepe


De mar estoy embebido, de olas zarandeado,
de noches agitadas, de besos que no he dado.

Estoy loco y ávido por conocer lo desconocido
y sigo emocionado por tener lo que he tenido.

Mis sentimientos afloran al sentir lo que siento,

mi cuerpo convulso, no deja parar el movimiento.
Mi mente está ahondando en el pensamiento,

cuerpo, mente, alma, a la sazón eso siento.


Pepe


25 de agosto de 2009

La rosa azul

Imagen sacada de la red


¡Que goce triste este de hacer todas las cosas como ella las hacía!
Se me torna celeste la mano, me contagio de otra poesía
Y las rosas de olor, que pongo como ella las ponía, exaltan su color;
y los bellos cojínes, que pongo como ella los ponía, florecen sus jardines;
Y si pongo mi mano -como ella la ponía- en el negro piano,
surge como en un piano muy lejano, mas honda la diaria melodía.

¡Que goce triste este de hacer todas las cosas como ella las hacía!
me inclino a los cristales del balcón, con un gesto de ella
y parece que el pobre corazón no está solo.
Miro al jardín de la tarde, como ella,
y el suspiro y la estrella se funden en romántica armonía.

¡Que goce triste este de hacer todas las cosas como ella las hacía!
Dolorido y con flores, voy, como un héroe de poesía mía.
Por los desiertos corredores que despertaba ella con su blanco paso,
y mis pies son de raso -¡oh! Ausencia hueca y fría!-
y mis pisadas dejan resplandores.

Juan Ramón Jiménez

La rosa azul

Imagen sacada de la red


¡Que goce triste este de hacer todas las cosas como ella las hacía!
Se me torna celeste la mano, me contagio de otra poesía
Y las rosas de olor, que pongo como ella las ponía, exaltan su color;
y los bellos cojínes, que pongo como ella los ponía, florecen sus jardines;
Y si pongo mi mano -como ella la ponía- en el negro piano,
surge como en un piano muy lejano, mas honda la diaria melodía.

¡Que goce triste este de hacer todas las cosas como ella las hacía!
me inclino a los cristales del balcón, con un gesto de ella
y parece que el pobre corazón no está solo.
Miro al jardín de la tarde, como ella,
y el suspiro y la estrella se funden en romántica armonía.

¡Que goce triste este de hacer todas las cosas como ella las hacía!
Dolorido y con flores, voy, como un héroe de poesía mía.
Por los desiertos corredores que despertaba ella con su blanco paso,
y mis pies son de raso -¡oh! Ausencia hueca y fría!-
y mis pisadas dejan resplandores.

Juan Ramón Jiménez

11 de agosto de 2009

Mujer de cuarenta

Ha llegado una nueva mujer al vecindario,
dos hijos y tres perros, y un marido elusivo;
la mujer, de cuarenta, tiene cierto atractivo;
tomo nota de entradas, de salidas, de horario.

La mujer, de cuarenta, camina con la airosa,
sosegada cadencia de quien no tiene prisa;
sabe mirar de frente, y esboza una sonrisa
que atraviesa la calle. Parece casi hermosa.

La mujer, de cuarenta, tiene cintura breve,
firmes senos redondos, caderas ondulantes…
¿Cómo pude mirarla sin llegar a ver antes
la exquisitez y el ritmo con que al andar se mueve?

La mujer, de cuarenta, se me va apoderando
de una zona del alma, y un rincón de la piel;
en sus labios de grana y en sus ojos de miel
parece haber un brindis que se va insinuando.

La mujer, de cuarenta, se ha tornado en marea
que ha invadido mi playa; la miro cada día
directa, intensamente, y ella me desafía
manteniendo la vista, como quien lo plantea.

La mujer, de cuarenta, me ha invitado a su casa.
El marido, al trabajo, los niños en la escuela.
Y en alcoba de espejos al fin se me revela
su desnudez espléndida, que me envuelve y abrasa.

Francisco Álvarez Hidalgo


Mujer de cuarenta

Ha llegado una nueva mujer al vecindario,
dos hijos y tres perros, y un marido elusivo;
la mujer, de cuarenta, tiene cierto atractivo;
tomo nota de entradas, de salidas, de horario.

La mujer, de cuarenta, camina con la airosa,
sosegada cadencia de quien no tiene prisa;
sabe mirar de frente, y esboza una sonrisa
que atraviesa la calle. Parece casi hermosa.

La mujer, de cuarenta, tiene cintura breve,
firmes senos redondos, caderas ondulantes…
¿Cómo pude mirarla sin llegar a ver antes
la exquisitez y el ritmo con que al andar se mueve?

La mujer, de cuarenta, se me va apoderando
de una zona del alma, y un rincón de la piel;
en sus labios de grana y en sus ojos de miel
parece haber un brindis que se va insinuando.

La mujer, de cuarenta, se ha tornado en marea
que ha invadido mi playa; la miro cada día
directa, intensamente, y ella me desafía
manteniendo la vista, como quien lo plantea.

La mujer, de cuarenta, me ha invitado a su casa.
El marido, al trabajo, los niños en la escuela.
Y en alcoba de espejos al fin se me revela
su desnudez espléndida, que me envuelve y abrasa.

Francisco Álvarez Hidalgo


31 de julio de 2009

Sentado sobre los muertos

Para todos los que han muerto,
en manos de viles asesinos

Canto con la voz de luto,
pueblo de mí, por tus héroes:
tus ansias como las mías,
tus desventuras que tienen
del mismo metal el llanto,
las penas del mismo temple,
y de la misma madera
tu pensamiento y mi frente,
tu corazón y mi sangre,
tu dolor y mis laureles.
Antemuro de la nada
esta vida me parece.

Aquí estoy para vivir
mientras el alma me suene,
y aquí estoy para morir,
cuando la hora me llegue,
en los veneros del pueblo
desde ahora y desde siempre.
Varios tragos es la vida
y un solo trago es la muerte.

Miguel Hernández

Sentado sobre los muertos

Para todos los que han muerto,
en manos de viles asesinos

Canto con la voz de luto,
pueblo de mí, por tus héroes:
tus ansias como las mías,
tus desventuras que tienen
del mismo metal el llanto,
las penas del mismo temple,
y de la misma madera
tu pensamiento y mi frente,
tu corazón y mi sangre,
tu dolor y mis laureles.
Antemuro de la nada
esta vida me parece.

Aquí estoy para vivir
mientras el alma me suene,
y aquí estoy para morir,
cuando la hora me llegue,
en los veneros del pueblo
desde ahora y desde siempre.
Varios tragos es la vida
y un solo trago es la muerte.

Miguel Hernández

11 de julio de 2009

Ocaso radiante




Hacia un ocaso radiante caminaba el sol de estío,
y era, entre nubes de fuego, una trompeta gigante,
tras de los álamos verdes de las márgenes del río.

Dentro de un olmo sonaba la sempiterna tijera
de la cigarra cantora, el monorritmo jovial,
entre metal y madera, que es la canción estival.

En una huerta sombría, giraban los 
cangilones de la noria soñolienta.

Bajo las ramas oscuras el son del agua se oía.

Era una tarde de julio, luminosa y polvorienta.
Yo iba haciendo mi camino, absorto 
en el solitario crepúsculo campesino.
Y pensaba: “¡Hermosa tarde, nota de la lira inmensa!"

Antonio Machado