A veces una lagrima de ti puede decir un mundo, Puede reflejar lo que yo siento. Un abrazo, un suspiro, Una legitima palabra de un te quiero. Consigo desahogar lo que pienso en un par de lagrimas, Intento mostrarte lo que dentro de mi crece Y que tiene necesidad de contártelo a ti.
Puede que la noche nunca pueda acompañar al día, Puede que el blanco nunca pueda sea como el negro, Pero por estar a tu lado haré hasta lo imposible Por mantener en mi vida tu imagen, tu olor. Por poder contar contigo Cuando mi corazón crea que ya no tiene juicio.
Si un día me dije a mi misma Que por algo me dieron la vida, Me propongo aprovecharla Siempre y cuando, tu formes parte de ella.
A veces una lagrima de ti puede decir un mundo, Puede reflejar lo que yo siento. Un abrazo, un suspiro, Una legitima palabra de un te quiero. Consigo desahogar lo que pienso en un par de lagrimas, Intento mostrarte lo que dentro de mi crece Y que tiene necesidad de contártelo a ti.
Puede que la noche nunca pueda acompañar al día, Puede que el blanco nunca pueda sea como el negro, Pero por estar a tu lado haré hasta lo imposible Por mantener en mi vida tu imagen, tu olor. Por poder contar contigo Cuando mi corazón crea que ya no tiene juicio.
Si un día me dije a mi misma Que por algo me dieron la vida, Me propongo aprovecharla Siempre y cuando, tu formes parte de ella.
Siento mi corazón en la dulzura fundirse como ceras: son un óleo tardo y no un vino mis venas, y siento que mi vida se va huyendo callada y dulce como la gacela. Gabriela Mistral
"Greensleeves" es una canción y melodía tradicional del folklore inglés, básicamente sobre un motivo que sigue la forma denominada romanesca. Disfrutad con la música y con imagenes tomadas por mí, saludos.
Siento mi corazón en la dulzura fundirse como ceras: son un óleo tardo y no un vino mis venas, y siento que mi vida se va huyendo callada y dulce como la gacela.
Quizá no fue coincidencia encontrarme contigo Tal vez esto lo hizo el destino Quiero dormirme de nuevo en tu pecho Y después me despierten tus besos Tu sexto sentido sueña conmigo Sé que pronto estaremos unidos Esa sonrisa traviesa que vive conmigo Sé que pronto estaré en tu camino Sabes que estoy colgando en tus manos Así que no me dejes caer Sabes que estoy colgando en tus manos
Te envío poemas de mi puño y letra Te envío canciones de 4.40 Te envío las fotos cenando en Marbella Y cuando estuvimos por Venezuela Y así me recuerdes y tengas presente Que mi corazón está colgando en tus manos Cuidado, cuidado Que mi corazón está colgando en tus manos
No perderé la esperanza de hablar contigo No me importa que dice el destino Quiero tener tu fragancia conmigo Y beberme de tí lo prohibido Sabes que estoy colgando en tus manos Así que no me dejes caer Sabes que estoy colgando en tus manos
Te envío poemas de mí puño y letra Te envío canciones de 4.40 Te envío las fotos cenando en Marbella Y cuando estuvimos por Venezuela Y así, así me recuerdes y tengas presente Que mi corazón está colgando en tus manos
Cuidado, cuidado (mucho cuidado) Cuiado, Marta yo te digo Me tienes en tus manos No importa que diga el destino Quédate conmigo Lo quiero todo de tí Tus labios tu cariño lo prohibido
Te envío poemas de mi puño y letra Te envío canciones de 4.40 Te envío las fotos cenando en Marbella Y cuando estuvimos por Venezuela Y así me recuerdes y tengas presente Que mi corazón está colgando en tus manos
Cuidado, cuidado Que mi corazón está colgando en tus manos
Quizá no fue coincidencia encontrarme contigo Tal vez esto lo hizo el destino Quiero dormirme de nuevo en tu pecho Y después me despierten tus besos Tu sexto sentido sueña conmigo Sé que pronto estaremos unidos Esa sonrisa traviesa que vive conmigo Sé que pronto estaré en tu camino Sabes que estoy colgando en tus manos Así que no me dejes caer Sabes que estoy colgando en tus manos
Te envío poemas de mi puño y letra Te envío canciones de 4.40 Te envío las fotos cenando en Marbella Y cuando estuvimos por Venezuela Y así me recuerdes y tengas presente Que mi corazón está colgando en tus manos Cuidado, cuidado Que mi corazón está colgando en tus manos
No perderé la esperanza de hablar contigo No me importa que dice el destino Quiero tener tu fragancia conmigo Y beberme de tí lo prohibido Sabes que estoy colgando en tus manos Así que no me dejes caer Sabes que estoy colgando en tus manos
Te envío poemas de mí puño y letra Te envío canciones de 4.40 Te envío las fotos cenando en Marbella Y cuando estuvimos por Venezuela Y así, así me recuerdes y tengas presente Que mi corazón está colgando en tus manos
Cuidado, cuidado (mucho cuidado) Cuiado, Marta yo te digo Me tienes en tus manos No importa que diga el destino Quédate conmigo Lo quiero todo de tí Tus labios tu cariño lo prohibido
Te envío poemas de mi puño y letra Te envío canciones de 4.40 Te envío las fotos cenando en Marbella Y cuando estuvimos por Venezuela Y así me recuerdes y tengas presente Que mi corazón está colgando en tus manos
Cuidado, cuidado Que mi corazón está colgando en tus manos
Las velas francas de la amistad desplegadas, listas para enfrentar cualquier viento, cualquier tormenta.
Así hemos zarpado tú y yo, amiga, por las aguas turbulentas de la vida.
Primero hubo tiempos de soles y de estrellas, cada uno vació su tesoro en el otro, y así supimos quiénes éramos. Pero luego la calma cedió y los vientos soplaron fuertes y hubo que poner a prueba todo lo que alguna vez habíamos puesto en palabras.
La lucha fue cruenta e impiadosa. El barco giró y ambos caímos al agua. Era difícil reconocernos en la noche entre las olas, la lluvia y los truenos.
A veces parecía que estábamos solos, pero luego nos veíamos, apenas a lo lejos. Y un débil hilo de voz llegaba del uno al otro con palabra blancas como palomas: "Resiste" "Ya pasará" "Atravesaremos esto juntos".
Pero la tormenta siguió y arrastró al barco hasta el fondo helado del océano, y nosotros, exhaustos, solo pudimos aferrarnos a un pedazo de madera para mantenernos a flote.
Pero el pedazo era demasiado pequeño como para soportarnos a los dos, así que nos miramos a los ojos en ese momento y supimos que había llegado la hora de la verdad. El instante preciso en que la amistad se pone en juego.
Debajo de la lluvia, que aún caía, no hicieron falta palabras para saber exactamente lo que debíamos hacer. Emprendimos nuestro regreso a casa juntos.
El pequeño trozo de madera nos hizo ver cuán grande era nuestra amistad.
Turnados para flotar en la madera, llegamos a la costa.
Uno nadaba y el otro descansaba, después cambiábamos los roles. Allí está encerrada toda la filosofía de la amistad: cuando uno está caído su amigo lo levanta, y viceversa.
Las velas francas de la amistad desplegadas, listas para enfrentar cualquier viento, cualquier tormenta.
Así hemos zarpado tú y yo, amiga, por las aguas turbulentas de la vida.
Primero hubo tiempos de soles y de estrellas, cada uno vació su tesoro en el otro, y así supimos quiénes éramos. Pero luego la calma cedió y los vientos soplaron fuertes y hubo que poner a prueba todo lo que alguna vez habíamos puesto en palabras.
La lucha fue cruenta e impiadosa. El barco giró y ambos caímos al agua. Era difícil reconocernos en la noche entre las olas, la lluvia y los truenos.
A veces parecía que estábamos solos, pero luego nos veíamos, apenas a lo lejos. Y un débil hilo de voz llegaba del uno al otro con palabra blancas como palomas: "Resiste" "Ya pasará" "Atravesaremos esto juntos".
Pero la tormenta siguió y arrastró al barco hasta el fondo helado del océano, y nosotros, exhaustos, solo pudimos aferrarnos a un pedazo de madera para mantenernos a flote.
Pero el pedazo era demasiado pequeño como para soportarnos a los dos, así que nos miramos a los ojos en ese momento y supimos que había llegado la hora de la verdad. El instante preciso en que la amistad se pone en juego.
Debajo de la lluvia, que aún caía, no hicieron falta palabras para saber exactamente lo que debíamos hacer. Emprendimos nuestro regreso a casa juntos.
El pequeño trozo de madera nos hizo ver cuán grande era nuestra amistad.
Turnados para flotar en la madera, llegamos a la costa.
Uno nadaba y el otro descansaba, después cambiábamos los roles. Allí está encerrada toda la filosofía de la amistad: cuando uno está caído su amigo lo levanta, y viceversa.