22 de agosto de 2013

Dos cuerpos



Dos cuerpos frente a frente
son a veces dos olas
y la noche es océano.

Dos cuerpos frente a frente
son a veces dos piedras
y la noche desierto.

Dos cuerpos frente a frente
son a veces raíces
en la noche enlazadas.

Dos cuerpos frente a frente
son a veces navajas
y la noche relámpago.

Dos cuerpos frente a frente
son dos astros que caen
en un cielo vacío.
 
Octavio Paz

Dos cuerpos



Dos cuerpos frente a frente
son a veces dos olas
y la noche es océano.

Dos cuerpos frente a frente
son a veces dos piedras
y la noche desierto.

Dos cuerpos frente a frente
son a veces raíces
en la noche enlazadas.

Dos cuerpos frente a frente
son a veces navajas
y la noche relámpago.

Dos cuerpos frente a frente
son dos astros que caen
en un cielo vacío.
 
Octavio Paz

7 de agosto de 2013

Adios



En costa lejana
y en mar de Pasión,
dijimos adioses
sin decir adiós.
Y no fue verdad
la alucinación.
Ni tú la creíste
ni la creo yo,
«y es cierto y no es cierto»
como en la canción.
Que yendo hacia el Sur
diciendo iba yo:
«Vamos hacia el mar
que devora al Sol».
Y yendo hacia el Norte
decía tu voz:
«Vamos a ver juntos
donde se hace el Sol».
Ni por juego digas
o exageración
que nos separaron
tierra y mar, que son
ella, sueño y el
alucinación.
No te digas solo
ni pida tu voz
albergue para uno
al albergador.
Echarás la sombra
que siempre se echó,
morderás la duna
con paso de dos...
Para que ninguno,
ni hombre ni dios,
nos llame partidos
como luna y sol;
para que ni roca
ni viento errador,
ni río con vado
ni árbol sombreador,
aprendan y digan
mentira o error
del Sur y del Norte,
del uno y del dos!
 
Gabriela Mistral






Adios



En costa lejana
y en mar de Pasión,
dijimos adioses,
sin decir adiós. 

Y no fue verdad
la alucinación. 

Ni tú la creíste
ni la creo yo,
«y es cierto y no es cierto»
como en la canción. 

Que yendo hacia el Sur
diciendo iba yo:
«Vamos hacia el mar
que devora al Sol». 

Y yendo hacia el Norte
decía tu voz:
«Vamos a ver juntos
donde se hace el Sol». 

Ni por juego digas
o exageración
que nos separaron
tierra y mar, que son
ella, sueño y el
alucinación. 

No te digas solo
ni pida tu voz
albergue para uno
al albergador. 

Echarás la sombra
que siempre se echó,
morderás la duna
con paso de dos... 

Para que ninguno,
ni hombre ni dios,
nos llame partidos
como luna y sol;
para que ni roca
ni viento errador,
ni río con vado
ni árbol sombreador,
aprendan y digan
mentira o error
del Sur y del Norte,
del uno y del dos!

Gabriela Mistral