26 de marzo de 2013

Desde lejos


En un lugar, gentil o provinciano,
tan distante que apenas se adivina,
o tal vez a la vuelta de la esquina,
una mujer me tenderá la mano.

Sin saber mi perfil, mi cotidiano
modo de proceder, ni si camina
mi palabra, ya pétalo, ya espina,
del brazo de mi espíritu artesano.

Escuchó mi canción de piel de amante
a través de mi verso susurrante,
y la adaptó al ensueño de su vida.

Y hoy se me ofrece en flor, desde su mente,
desde su corazón adolescente,
toda desnuda, junto a mí tendida.

Francisco Álvarez Hidalgo

Desde lejos


En un lugar, gentil o provinciano,
tan distante que apenas se adivina,
o tal vez a la vuelta de la esquina,
una mujer me tenderá la mano.

Sin saber mi perfil, mi cotidiano
modo de proceder, ni si camina
mi palabra, ya pétalo, ya espina,
del brazo de mi espíritu artesano.

Escuchó mi canción de piel de amante
a través de mi verso susurrante,
y la adaptó al ensueño de su vida.

Y hoy se me ofrece en flor, desde su mente,
desde su corazón adolescente,
toda desnuda, junto a mí tendida.

Francisco Álvarez Hidalgo