2 de marzo de 2015

Esta tarde



Ahora quiero amar algo lejano... 
algún hombre divino,

que sea como un ave por lo dulce, 
que haya habido mujeres infinitas 
y sepa de otras tierras, y florezca 
la palabra en sus labios, perfumada: 
suerte de selva virgen bajo el viento... 

Y quiero amarlo ahora. Está la tarde 
blanda y tranquila como espeso musgo, 
tiembla mi boca y mis dedos finos, 
se deshacen mis trenzas poco a poco. 

Siento un vago rumor...Toda la tierra 
está cantando dulcemente...Lejos 
los bosques se han cargado de corolas, 
desbordan los arroyos de sus cauces 
y las aguas se filtran en la tierra 
así como mis ojos en los ojos 
que estoy soñando embelesada... 

Pero ya está bajando el sol de los montes, 
las aves se acurrucan en sus nidos, 
la tarde ha de morir y él está lejos... 
Lejos como este sol que para nunca 
se marcha y me abandona, con las manos 
hundidas en las trenzas, con la boca 
húmeda y temblorosa, con el 
alma 
sutilizada, ardida en la esperanza 
de este amor infinito que me vuelve 
dulce y hermosa...



Alfonsina Storni