- Puebla vieja de Laredo (Cantabria) by Pepe
- Hay en el aire una cierta melancolía,
- como cuando se alejan los barcos de los puertos
- y no se resignan los pañuelos en. el muelle;
- hoy el sol no ha salido., .llueve desde hace una semana,
- desde que llegó el otoño vestido de sepia y marrón
- y decapitó lo más bello y luminoso del paisaje.
- Es un verdugo el otoño, aunque nadie lo dice.
- La ciudad no es la misma bajo el cielo oscuro,
- nadie es el mismo en esta estación del año,
- es difícil encontrar una sonrisa en días como éste.
- De no ser por ti no habría salido con este día,
- se me ocurre que hoy sale sólo la gente
- que no falta nunca a ninguna cita.
- Voy despacio y seguro hacía la lejanía de tu rostro,
- presiento el final de nuestros besos y no me desespero
- y no me desespero porque lo sabía amor mío,
- sabía que en una tarde como ésta te irías para siempre;
- he visto flotar el adiós en el azul de tus ojos,
- desde las flores de 1a última primavera,
- desde entonces tienes el equipaje listo
- y el corazón distante;
- no estoy sorprendido, de veras, ni desesperado.
- Ninguna de mis palabras tendrá el peso suficiente
- de un ancla, para que no abandones este desolado mar;
- sí así lo quieres, que así sea.
- No te pediré que te quedes ni te suplicaré.
- El árbol pierde las hojas, no su dignidad.
-
- Estos versos los escribí para ti,
- esta mañana cuando me levanté y
- sentí en el aire una cierta melancolía.
-
- Cuídate, corazón, de los hombres de mar,
- te prometen amor y no vuelven jamás;
- cuídate por favor, de quien llega hasta aquí
- con el rostro sin sol y una historia feliz;
- cuídate del amor, elegante y cortés,
- que te pide perdón y te engaña después,
- cuídate mí querer porque yo no estaré nunca más
- junto a ti no podré defender tu pudor,
- tu verdad, tu razón, tu jardín;
- eres lo que yo más quiero en el mundo
- y moriría, amor, si algo te pasara;
- cuídate, corazón, cuídate, cuídate
- por favor, cuídate, corazón; cuídate...
Gian Franco Pagliaro
- Puebla vieja de Laredo (Cantabria) by Pepe
- Hay en el aire una cierta melancolía,
- como cuando se alejan los barcos de los puertos
- y no se resignan los pañuelos en. el muelle;
- hoy el sol no ha salido., .llueve desde hace una semana,
- desde que llegó el otoño vestido de sepia y marrón
- y decapitó lo más bello y luminoso del paisaje.
- Es un verdugo el otoño, aunque nadie lo dice.
- La ciudad no es la misma bajo el cielo oscuro,
- nadie es el mismo en esta estación del año,
- es difícil encontrar una sonrisa en días como éste.
- De no ser por ti no habría salido con este día,
- se me ocurre que hoy sale sólo la gente
- que no falta nunca a ninguna cita.
- Voy despacio y seguro hacía la lejanía de tu rostro,
- presiento el final de nuestros besos y no me desespero
- y no me desespero porque lo sabía amor mío,
- sabía que en una tarde como ésta te irías para siempre;
- he visto flotar el adiós en el azul de tus ojos,
- desde las flores de 1a última primavera,
- desde entonces tienes el equipaje listo
- y el corazón distante;
- no estoy sorprendido, de veras, ni desesperado.
- Ninguna de mis palabras tendrá el peso suficiente
- de un ancla, para que no abandones este desolado mar;
- sí así lo quieres, que así sea.
- No te pediré que te quedes ni te suplicaré.
- El árbol pierde las hojas, no su dignidad.
-
- Estos versos los escribí para ti,
- esta mañana cuando me levanté y
- sentí en el aire una cierta melancolía.
-
- Cuídate, corazón, de los hombres de mar,
- te prometen amor y no vuelven jamás;
- cuídate por favor, de quien llega hasta aquí
- con el rostro sin sol y una historia feliz;
- cuídate del amor, elegante y cortés,
- que te pide perdón y te engaña después,
- cuídate mí querer porque yo no estaré nunca más
- junto a ti no podré defender tu pudor,
- tu verdad, tu razón, tu jardín;
- eres lo que yo más quiero en el mundo
- y moriría, amor, si algo te pasara;
- cuídate, corazón, cuídate, cuídate
- por favor, cuídate, corazón; cuídate...
Gian Franco Pagliaro