12 de abril de 2008

La vida



Imagen sacada de la red



La vida giraba tan deprisa

que sin darme cuenta me perdí.

Un día quise abrir los ojos

y no había camino que seguir.

No había sol, no había luna,

sólo oscuridad y ecos.

No tenía recuerdos, no tenía futuro,

no encontraba el mapa para salir.

El tiempo se hace eterno

en la soledad de tu cerebro.

No sabía ni quien era

engullida por el mundo sin sentido.

Y un día, una sonrisa que prometía lunas

me dió una razón para vivir.

Una pequeña luz surgió en la grietas,

y el aire volvía a soplar.

Corrí hacia ella con la ilusión renovada,

espejismo en mi desierto, al llegar, no había nada.

Me hundí hasta los infiernos.

con desesperación desatada.

Y al llegar al fondo,

ocurrió algo asombroso.

Recuerdos de mi misma volvieron a aparecer,

y la luz empezó a florecer.

Esa luz era yo, guiándome a la salida,

y empenzó a esclarecer.

Una pequeña luz surgió entre las grietas,

y el aire volvía a soplar.

Corrí hacia ella con la ilusión renovada,

espejismo en mi desierto, al llegar, no había nada.

Me hundí hasta los infiernos.

con desesperación desatada.

Y al llegar al fondo,

ocurrió algo asombroso.

Reinventándome a mi misma,

luchando por crecer.

La cicatrices del alma

son un tesoro despreciado.

Del sufrimiento pueden surgir

los corazones mas valientes y generosos.

Rosi

La vida


Imagen sacada de la red


La vida giraba tan deprisa

que sin darme cuenta me perdí.

Un día quise abrir los ojos

y no había camino que seguir.

No había sol, no había luna,

sólo oscuridad y ecos.

No tenía recuerdos, no tenía futuro,

no encontraba el mapa para salir.

El tiempo se hace eterno

en la soledad de tu cerebro.

No sabía ni quien era

engullida por el mundo sin sentido.

Y un día, una sonrisa que prometía lunas

me dió una razón para vivir.

Una pequeña luz surgió en la grietas,

y el aire volvía a soplar.

Corrí hacia ella con la ilusión renovada,

espejismo en mi desierto, al llegar, no había nada.

Me hundí hasta los infiernos.

con desesperación desatada.

Y al llegar al fondo,

ocurrió algo asombroso.

Recuerdos de mi misma volvieron a aparecer,

y la luz empezó a florecer.

Esa luz era yo, guiándome a la salida,

y empenzó a esclarecer.

Una pequeña luz surgió entre las grietas,

y el aire volvía a soplar.

Corrí hacia ella con la ilusión renovada,

espejismo en mi desierto, al llegar, no había nada.

Me hundí hasta los infiernos.

con desesperación desatada.

Y al llegar al fondo,

ocurrió algo asombroso.

Reinventándome a mi misma,

luchando por crecer.

La cicatrices del alma

son un tesoro despreciado.

Del sufrimiento pueden surgir

los corazones mas valientes y generosos.

Rosi