9 de noviembre de 2008

A tí, viva

Imagen sacada de la red



Cuando contemplo tu cuerpo extendido

como un río que nunca acaba de pasar,

como un claro espejo donde cantan las aves,

donde es un gozo sentir el día cómo amanece.



cuando miro a tus ojos, profunda muerte o vida

que me llama, canción de un fondo que sólo sospecho;

cuando veo tu forma, tu frente serena,

piedra luciente en que mis besos destellan,

como esas rocas que reflejan un sol que nunca se hunde.



Cuando acerco mis labios a esa música incierta,

a ese rumor de los siempre juvenil,

del ardor de la tierra que canta entre lo verde,

cuerpo que húmedo siempre resbalaría

como un amor feliz que escapa y vuelve...

Siento el mundo rodar bajo mis pies,

rodar ligero con siempre capacidad de estrella,

con esa alegre generosidad del lucero

que ni siquiera pide un mar en que doblarse.



Todo es sorpresa. El mundo destellando

siente que un mar de pronto está desnudo, trémulo,

que es ese pecho enfebrecido y ávido

que sólo pide el brillo de Id luz.



La creación riela. La dicha sosegada

transcurre como un placer que nunca llega al colmo,

como esa rápida ascensión del amor

donde el viento se ciñe a las frentes más ciegas.



Mirar tu cuerpo sin más luz que la tuya,

que esa cercana música que concierta a las aves,

a las aguas, al bosque, a ese ligado latido

de este mundo absoluto que siento ahora en los labios.

Vicente Aleixandre

2 comentarios:

iKon dijo...

ke curioso el amor ¿no?... como salen las combinaciones de palabras precisas cuando queremos decir lo que sentimos...

muy bueno este poema.

Marina-Emer dijo...

¡¡¡Cuanto amor!!!donde uno entrega la vida,y cuando tanto amor se va es para siempre y la vida ya no es la misma.
un beso Marina Pastor