29 de marzo de 2009

Me quejé

Playa de Ajo (Cantabria), by Pepe



Pensaba que mi vida no estaba bien…

Sentía que algo siempre me faltaba…

…entonces hablé con Dios:

Me quejé de lo que me salió mal en el trabajo,

pero no agradecí por las manos que tengo para trabajar.

Me quejé de tener que soportar el ruido de mis hermanos,

mas no agradecí por tener una familia.

Me quejé cuando no había lo que más me gustaba para comer,

pero olvidé agradecer por tener qué comer.

Me quejé por mi salario,

cuando miles ni siquiera tienen uno.

Me quejé porque no apagaban

la luz de mi cuarto al salir,

pero no pensé en que muchos no tienen hogar donde tener alguna luz encendida.

Me quejé por no poder dormir un ratito más,

olvidando a quienes darían todo por tener su cuerpo sano para poder levantarse.

Me quejé porque mi madre me reprendía,

cuando millones desearían tenerla viva para poder honrarla y abrazarla.

POBRE DEL QUE, AL FINAL DEL DÍA, NO SABE A QUIÉN AGRADECER

Ana Maria Zacagnino

http://www.zacagnino.com



Me quejé

Playa de Ajo (Cantabria), by Pepe

Pensaba que mi vida no estaba bien…
Sentía que algo siempre me faltaba…
…entonces hablé con Dios:
Me quejé de lo que me salió mal en el trabajo,
pero no agradecí por las manos que tengo para trabajar.
Me quejé de tener que soportar el ruido de mis hermanos,
mas no agradecí por tener una familia.
Me quejé cuando no había lo que más me gustaba para comer,
pero olvidé agradecer por tener qué comer.
Me quejé por mi salario,
cuando miles ni siquiera tienen uno.
Me quejé porque no apagaban
la luz de mi cuarto al salir,
pero no pensé en que muchos no tienen hogar donde tener alguna luz encendida.
Me quejé por no poder dormir un ratito más,
olvidando a quienes darían todo por tener su cuerpo sano para poder levantarse.
Me quejé porque mi madre me reprendía,
cuando millones desearían tenerla viva para poder honrarla y abrazarla.
POBRE DEL QUE, AL FINAL DEL DÍA, NO SABE A QUIÉN AGRADECER

Ana Maria Zacagnino

http://www.zacagnino.com


24 de marzo de 2009

Soneto de Neruda


Atardecer en la playa by Pepe

La luz que de tus pies sube a tu cabellera,
la turgencia que envuelve tu forma delicada,
no es de nácar marino, nunca de plata fría:
eres de pan, de pan amado por el fuego.

La harina levantó su granero contigo
y creció incrementada por la edad venturosa,
cuando los cereales duplicaron tu pecho
mi amor era el carbón trabajando en la tierra.

Oh, pan tu frente, pan tus piernas, pan tu boca,
pan que devoro y nace con luz cada mañana,
bienamada, bandera de las panaderías,

una lección de sangre te dio el fuego,
de la harina aprendiste a ser sagrada,
y del pan el idioma y el aroma.

Pablo Neruda

Soneto de Neruda


Atardecer en la playa by Pepe

La luz que de tus pies sube a tu cabellera,
la turgencia que envuelve tu forma delicada,
no es de nácar marino, nunca de plata fría:
eres de pan, de pan amado por el fuego.

La harina levantó su granero contigo
y creció incrementada por la edad venturosa,
cuando los cereales duplicaron tu pecho
mi amor era el carbón trabajando en la tierra.

Oh, pan tu frente, pan tus piernas, pan tu boca,
pan que devoro y nace con luz cada mañana,
bienamada, bandera de las panaderías,

una lección de sangre te dio el fuego,
de la harina aprendiste a ser sagrada,
y del pan el idioma y el aroma.

Pablo Neruda

21 de marzo de 2009

Acantilados sobre mi mar

Mar Cantabrico, by Pepe





Ávida por contemplar y deleitarme,

paseando entre riscos y acantilados,

senderos que suben por las montañas

para alcanzar las cimas y ver el Océano.



Siguiendo los pasos, tras el ser amado,

experto, dueño, Señor de los caminos,

sentados en cualquier roca inmensa,

unidos por los mismos sentimientos

admiramos el paisaje, callados, en silencio

incapaces de apartar los ojos de lo inconmensurable.



No hay palabras, ni pintura,

que reflejen con exactitud tanta hermosura,

se expresa mejor callando,

hablando con nuestro propio universo.



Silencio roto por el canto angelical,

sonidos majestuosos de las olas contra el viento,

profundidades de rocas gastadas por la erosión del tiempo,

¡cuánto ocultan los lugares internos!

Si esas piedras pudieran hablar,

me contarían bellas historias, de Amor, pasiones y Fuego.



Fantasía popular, leyendas de pueblos y razas,

pertenecen a todos los tiempos,

porque donde haya seres humanos llenos de amor,

siempre existirá la esperanza, luchando contra el dolor.





Katy Domínguez Gómez

http://www.katydominguezgomez.com/





Acantilados sobre mi mar

Mar Cantabrico, by Pepe


Ávida por contemplar y deleitarme,
paseando entre riscos y acantilados,
senderos que suben por las montañas
para alcanzar las cimas y ver el Océano.

Siguiendo los pasos, tras el ser amado,
experto, dueño, Señor de los caminos,
sentados en cualquier roca inmensa,
unidos por los mismos sentimientos
admiramos el paisaje, callados, en silencio
incapaces de apartar los ojos de lo inconmensurable.

No hay palabras, ni pintura,
que reflejen con exactitud tanta hermosura,
se expresa mejor callando,
hablando con nuestro propio universo.

Silencio roto por el canto angelical,
sonidos majestuosos de las olas contra el viento,
profundidades de rocas gastadas por la erosión del tiempo,
¡cuánto ocultan los lugares internos!
Si esas piedras pudieran hablar,
me contarían bellas historias, de Amor, pasiones y Fuego.

Fantasía popular, leyendas de pueblos y razas,
pertenecen a todos los tiempos,
porque donde haya seres humanos llenos de amor,
siempre existirá la esperanza, luchando contra el dolor.


Katy Domínguez Gómez
http://www.katydominguezgomez.com/


18 de marzo de 2009

Amistad

Amigas conversando by Pepe





Es la palabra…

…Que debes tú valorar.

Contemplando la armonía.

de los hombres al hablar.



No te dejes llevar nunca,

por ternuras inmediatas.



Esas que pronto se apagan,

y no hay ninguna que lata.



Mira la vida Interior,

de los seres de éste mundo.



Y cosecha lo mejor,

aún, sin ir a lo profundo.



Amistad, palabra sana,

llena de "Luz y Armonía".



Vístete con ésa "Dama"

Y harás que ella te sonría.



No pienses en las mentiras,

o vaivenes de éste Mundo

pues alguien en las alturas,

ha de saber que es profundo.



Tu sentir y tu conciencia

Que permiten comparar,

al que Siempre será "Amigo"…

…Y en los Años... “Será igual”.



Ana María Zacagnino

http://www.zacagnino.com

Amistad

Amigas conversando by Pepe


Es la palabra…

…Que debes tú valorar.

Contemplando la armonía.

de los hombres al hablar.


No te dejes llevar nunca,

por ternuras inmediatas.


Esas que pronto se apagan,

y no hay ninguna que lata.


Mira la vida Interior,

de los seres de éste mundo.


Y cosecha lo mejor,

aún, sin ir a lo profundo.


Amistad, palabra sana,

llena de "Luz y Armonía".


Vístete con ésa "Dama"

Y harás que ella te sonría.


No pienses en las mentiras,

o vaivenes de éste Mundo

pues alguien en las alturas,

ha de saber que es profundo.


Tu sentir y tu conciencia

Que permiten comparar,

al que Siempre será "Amigo"…

…Y en los Años... “Será igual”.


Ana María Zacagnino

http://www.zacagnino.com

14 de marzo de 2009

Ajeno

Río Pisueña by Pepe


Largo se le hace el día a quien no ama
y él lo sabe. Y él oye ese tañido
corto y duro del cuerpo, su cascada
canción, siempre sonando a lejanía.
Cierra su puerta y queda bien cerrada;
sale y, por un momento, sus rodillas
se le van hacia el suelo. Pero el alba,
con peligrosa generosidad,
le refresca y le yergue. Está muy clara
su calle, y la pasea con pie oscuro,
y cojea en seguida porque anda
sólo con su fatiga. Y dice aire:
palabras muertas con su boca viva.
Prisionero por no querer, abraza
su propia soledad. Y está seguro,
más seguro que nadie porque nada
poseerá; y él bien sabe que nunca
vivirá aquí, en la tierra. A quien no ama,
¿cómo podemos conocer o cómo
perdonar? Día largo y aún más larga
la noche. Mentirá al sacar la llave.
Entrará. Y nunca habitará su casa.

Claudio Rodríguez

Ajeno

Río Pisueña by Pepe


Largo se le hace el día a quien no ama
y él lo sabe. Y él oye ese tañido
corto y duro del cuerpo, su cascada
canción, siempre sonando a lejanía.
Cierra su puerta y queda bien cerrada;
sale y, por un momento, sus rodillas
se le van hacia el suelo. Pero el alba,
con peligrosa generosidad,
le refresca y le yergue. Está muy clara
su calle, y la pasea con pie oscuro,
y cojea en seguida porque anda
sólo con su fatiga. Y dice aire:
palabras muertas con su boca viva.
Prisionero por no querer, abraza
su propia soledad. Y está seguro,
más seguro que nadie porque nada
poseerá; y él bien sabe que nunca
vivirá aquí, en la tierra. A quien no ama,
¿cómo podemos conocer o cómo
perdonar? Día largo y aún más larga
la noche. Mentirá al sacar la llave.
Entrará. Y nunca habitará su casa.

Claudio Rodríguez

12 de marzo de 2009

Alma de mujer

Con mi Alma hecha jirones,

lo traté de comprender.

En la ofensa que han de hacer,

ellas, mis preocupaciones.

Vale más la indeferencia,

que el saber mortificar

Pues yo por mucho esperar,

me incliné sin darme cuenta.

-¡Alma! ¡Por el bien del Cielo!

¿Quieres tú quedarte en Paz?

Alma, yo no te comprendo,

ni escucho yo tu cantar.

Nunca te inclines por mucho,

nunca escondas tu saber.

Mantente siempre distante,

y evitarás el caer.

Alma sola de mujer,

corazón envuelto en nieve.

Tienes tú que comprender…

…Que el deber es el que puede.

Al tiempo que así mejores,

tu estado libre de unión,

al haber separación,

desencadenes tu olvido.

A ese tiempo di tu amigo…

…Y al olvido, ocupación.



Ana Maria Zacagnino

Del Libro "Mis versos"

http://www.zacagnino.com

Alma de mujer

Con mi Alma hecha jirones,
lo traté de comprender.
En la ofensa que han de hacer,
ellas, mis preocupaciones.

Vale más la indeferencia,
que el saber mortificar
Pues yo por mucho esperar,
me incliné sin darme cuenta.
-¡Alma! ¡Por el bien del Cielo!
¿Quieres tú quedarte en Paz?
Alma, yo no te comprendo,
ni escucho yo tu cantar.

Nunca te inclines por mucho,
nunca escondas tu saber.
Mantente siempre distante,
y evitarás el caer.

Alma sola de mujer,
corazón envuelto en nieve.
Tienes tú que comprender…
…Que el deber es el que puede.
Al tiempo que así mejores,
tu estado libre de unión,
al haber separación,
desencadenes tu olvido.

A ese tiempo di tu amigo…
…Y al olvido, ocupación.

Ana Maria Zacagnino

Del Libro "Mis versos"

http://www.zacagnino.com

10 de marzo de 2009

Soneto XVII

Pensando que el camino iba derecho,

vine a parar en tanta desventura

que imaginar no puedo, aun con locura,

algo de que esté un rato satisfecho.



El ancho campo me parece estrecho,

la noche clara para mí es escura,

la dulce compañía amarga y dura

y duro campo de batalla el lecho.



Del sueño, si hay alguno, aquella parte

sola que es ser imagen de la muerte

se aviene con el alma fatigada.



En fin que, como quiera, estoy de arte

que juzgo ya por hora menos fuerte,

aunque en ella me ví, la que es pasada.



Garcilaso de la Vega

Soneto XVII

Pensando que el camino iba derecho,

vine a parar en tanta desventura

que imaginar no puedo, aun con locura,

algo de que esté un rato satisfecho.


El ancho campo me parece estrecho,

la noche clara para mí es escura,

la dulce compañía amarga y dura

y duro campo de batalla el lecho.


Del sueño, si hay alguno, aquella parte

sola que es ser imagen de la muerte

se aviene con el alma fatigada.


En fin que, como quiera, estoy de arte

que juzgo ya por hora menos fuerte,

aunque en ella me ví, la que es pasada.


Garcilaso de la Vega

7 de marzo de 2009

Anoche cuando dormía.



Anoche cuando dormía 
soñé, ¡bendita ilusión!, 
que una fontana fluía 
dentro de mi corazón. 
Di, ¿por qué acequia escondida, 
agua, vienes hasta mí, 
manantial de nueva vida 
de donde nunca bebí? 

Anoche cuando dormía 
soñé, ¡bendita ilusión!, 
que una colmena tenía 
dentro de mi corazón; 
y las doradas abejas 
iban fabricando en él, 
con las amarguras viejas, 
blanca cera y dulce miel. 

Anoche cuando dormía 
soñé, ¡bendita ilusión!, 
que un ardiente sol lucía 
dentro de mi corazón. 
Era ardiente porque daba 
calores de rojo hogar, 
y era sol porque alumbraba 
y porque hacía llorar. 

Anoche cuando dormía 
soñé, ¡bendita ilusión!, 
que era Dios lo que tenía 
dentro de mi corazón.

Antonio Machado

5 de marzo de 2009

Acóplate

Imagen sacada de la red

Llueven tus senos sobre mí oscilantes,
resbalando en la cuenca de los muslos.
El placer, de puntillas sobre el cuerpo,
quema un sendero oculto.
Hay un sueño de labios sobre el vientre,
de labios vagabundos,
frescos de sombra y humedad, como alas
de rosas deshojadas al crepúsculo.
Y remolcas cerezas ya maduras
por invisibles surcos,
sobre la piel del pecho,
hasta el cuello desnudo,
paréntesis de nardo en las mejillas,
para la boca alternativo fruto.
Se aglomeran en súbita cadencia
latidos en tumulto,
rojos de sangre en corazón inquieto,
convulsivos en torno al sexo duro.
Acóplate, mujer, en fluctuantes,
recíprocos impulsos,
que en tus entrañas he de atrincherarme,
y a ti, en cautividad, me catapulto.
Francisco Álvarez Hidalgo