5 de marzo de 2009

Acóplate

Imagen sacada de la red

Llueven tus senos sobre mí oscilantes,
resbalando en la cuenca de los muslos.
El placer, de puntillas sobre el cuerpo,
quema un sendero oculto.
Hay un sueño de labios sobre el vientre,
de labios vagabundos,
frescos de sombra y humedad, como alas
de rosas deshojadas al crepúsculo.
Y remolcas cerezas ya maduras
por invisibles surcos,
sobre la piel del pecho,
hasta el cuello desnudo,
paréntesis de nardo en las mejillas,
para la boca alternativo fruto.
Se aglomeran en súbita cadencia
latidos en tumulto,
rojos de sangre en corazón inquieto,
convulsivos en torno al sexo duro.
Acóplate, mujer, en fluctuantes,
recíprocos impulsos,
que en tus entrañas he de atrincherarme,
y a ti, en cautividad, me catapulto.
Francisco Álvarez Hidalgo


1 comentario:

iKon dijo...

orale..
este poema fue como muy sexoso... pero estuvo muy bueno.

Saludos Pepe