4 de marzo de 2008

Deseo

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Flamear de ondulada cabellera
izando la cabeza en roja nube;
una marea de calor te sube
bajo la piel de lirio viajera.

Cierras los ojos y le ves al lado;
abres los ojos y le ves ausente;
y decides cerrarlos nuevamente,
y abandonarte entera a su cuidado.

La palma de una mano ilimitada
tiembla sobre tus senos extendida,
y un árbol de raíz estremecida
en tu interior propaga su enramada.

En el vientre, en los brazos, en el cuello,
un despertar de frutos suculentos
desata el hambre de los sentimientos,
en confuso y erótico atropello.

Seca la boca, ahogada del gemido,
es incapaz de pronunciar su nombre;
ni voz ni rostro tiene, es sólo un hombre,
sólo una sombra en un placer prohibido.

Cómo te resquebrajas del deseo,
en soledad, sin recibir ayuda;
ofrenda de mujer, toda desnuda,
Julieta solitaria, sin Romeo.

Francisco Álvarez Hidalgo.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Bello poema de soledades. Ni quien lo siente lo hubiese descrito mejor. Escoges muy bien. Un beso.

Mar dijo...

..."ni voz ni rostro tiene, es sólo un hombre, sólo una sombra en un placer prohibido"...Esa frase lo dice todo, me encanta, maravilloso poema.Como hace que se identifique uno.Por eso amo la poesía, por que siempre encuentro algo que siento a sido sacado de mi.

Gracias por compartirlo.
Adorable.

Una beso grabde para ti mi amigo español.

Mar.

Alafia dijo...

El deseo es fuego en el cuerpo
llama en la piel
mariposas en el vientre.