- Llueven tus senos sobre mí oscilantes,
- resbalando en la cuenca de los muslos.
- El placer, de puntillas sobre el cuerpo,
- quema un sendero oculto.
- Hay un sueño de labios sobre el vientre,
- de labios vagabundos,
- frescos de sombra y humedad, como alas
- de rosas deshojadas al crepúsculo.
- Y remolcas cerezas ya maduras
- por invisibles surcos,
- sobre la piel del pecho,
- hasta el cuello desnudo,
- paréntesis de nardo en las mejillas,
- para la boca alternativo fruto.
- Se aglomeran en súbita cadencia
- latidos en tumulto,
- rojos de sangre en corazón inquieto,
- convulsivos en torno al sexo duro.
- Acóplate, mujer, en fluctuantes,
- recíprocos impulsos,
- que en tus entrañas he de atrincherarme,
- y a ti, en cautividad, me catapulto.
5 de marzo de 2009
Acóplate
Acóplate
- Llueven tus senos sobre mí oscilantes,
- resbalando en la cuenca de los muslos.
- El placer, de puntillas sobre el cuerpo,
- quema un sendero oculto.
- Hay un sueño de labios sobre el vientre,
- de labios vagabundos,
- frescos de sombra y humedad, como alas
- de rosas deshojadas al crepúsculo.
- Y remolcas cerezas ya maduras
- por invisibles surcos,
- sobre la piel del pecho,
- hasta el cuello desnudo,
- paréntesis de nardo en las mejillas,
- para la boca alternativo fruto.
- Se aglomeran en súbita cadencia
- latidos en tumulto,
- rojos de sangre en corazón inquieto,
- convulsivos en torno al sexo duro.
- Acóplate, mujer, en fluctuantes,
- recíprocos impulsos,
- que en tus entrañas he de atrincherarme,
- y a ti, en cautividad, me catapulto.
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